Me ha sorprendido muy a menudo la facilidad de ciertos nacimientos después de una cesárea anterior realizada a causa de defecto de progresión o a causa de sufrimiento fetal durante el trabajo.
Cuando una mujer quiere intentar un parto vaginal vaginal después de una cesárea, se pregunta en primer lugar qué posibilidades de éxito tiene. Me ha sorprendido muy a menudo la facilidad de ciertos nacimientos después de una cesárea anterior realizada a causa de defecto de progresión o a causa de sufrimiento fetal durante el trabajo. Una de las anécdotas más típicas de PVDC que recuerdo es el caso de una mujer que vino a dar a luz a su primer bebé en nuestra maternidad a los 43 años, en los años 1970. Después de algunas horas de contracciones ineficaces, nadie dudaba de que la decisión más sabia en aquel caso era hacer una cesárea. Dos años más tarde esta mujer llegó en pleno trabajo de parto y dió a luz por vía vaginal. El segundo bebé pesaba 200 gr. más que el primero.
Mi primer caso de PVDC fuera del contexto hospitalario es el de una joven madre que deseaba tener a su primer hijo en casa. Pero finalmente terminó por hacer caso a la gente seria que le hablaba de los peligros del pato en casa para un primer hijo. Después de dos horas de trabajo de parto sin progreso, se le tuvo que hacer una cesárea. Para su segundo bebé decidió escucharse únicamente a sí misma. Me llamó una noche sobre las 10 cuando sólo estaba en pre-trabajo. Decidí ir a dormir a su casa en la habitación de los amigos, más que arriesgarme a tener que viajar en plena noche. Y de repente me despertaron los ruidos característicos del reflejo de eyección del feto.
Una de las interpretaciones que podemos dar a este tipo de nacimientos es que cuando una mujer intenta un PVDC ya ha podido desarrollar los receptores de oxitocina uterinos. Dicho de otra manera, la segunda vez su útero es más sensible a los efectos de la hormona, la cual provoca contracciones más eficaces.
En el contexto científico actual disponemos de datos numéricos que permiten explicar todo esto. Podemos precisar que un intento de parto vaginal tiene éxito en un 70 u 80% de mujeres aproximadamente. Varios estudios han establecido baremos que permiten predecir las posibilidades de éxito, de manera que se puede dar a las mujeres una respuesta personalizada. Dos de estos estudios sólo tuvieron en cuenta factores conocidos durante el embarazo. El estudio más importante tiene en cuenta también factores detectados en el momento de la admisión en el hospital (estado del cuello del útero). Cuanto más alta es la puntuación obtenida, más probabilidades de éxito. De esta modo, las posibilidades oscilan entre un 49% para las mujeres cuyo resultado se sitúa entre cero y dos, y un 95% para las que sacan una puntuación de ocho a diez. Según este estudio, el número de cesáreas anteriores no es un factor significativo. El resultado de un estudio que implicó a la totalidad de lmaternidades americanas revelóq ue, entre 1453 mujeres que llegaron a estos centros para intentar un PVDC, el 87% lo consiguió. Otro estudio de grandes proporciones que implicó a 17.898 mujeres que intentaron un parto por vía vaginal en 19 horpitales universitarios americanos reveló que, en este contexto, un 73,4% lo consiguieron.
Por razones evidentes estos métodos de análisis no pueden tener en cuenta el grado de intimidad, que podría ser el factor más importante para el éxito. La monitorización electrónica fetal probablemente tiene un efecto negativo, que no ha sido evaluado en el caso concreto del PVDC.
Michel Odent
16 sept 2008
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1 comentario:
Muy interesante la info...ahi vamos a intentar mi PVDC!! Ojalá lo logre...es lo que mas deseo en la vida!!!
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