28 may 2008

Imperdibles en PDF de LM

aquí un capítulo de Un Regalo para Toda la Vida de Carlos Gonzalez
aquí, también él, habla sobre Lactancia Prolongada
aquí un manual Practico de LM

18 may 2008

Parir sin Desgarrarse

Parir sin desgarrarse y conservar el periné integro es una meta para todas las parturientas. Nos encanta conservar nuestros genitales completos e intactos. Mucha gente cree que la integridad de la vagina y del periné en el parto son una cuestión de suerte, fortuna o un regalo que depende de las fuerzas que concurren en el momento del parto.


Hay bastante folklore en torno a preparar o masajear el periné en el embarazo. Ninguna otra especie de mamíferos hace algo así. Decirle a una mujer que se de masajes en el periné durante el embarazo supone una falta de confianza en sus tejidos, que están perfectamente diseñados para parir al bebé.

El trabajo para conseguir un periné intacto hay que iniciarlo mucho antes del parto. Se trata de explicar la sensaciones que se notan conforme la cabeza del bebé estira los tejidos, y alertar a la madre de los riesgos que tiene empujar, con el fin de ayudar a la mujer a tener un expulsivo suave para el bebé y para ella.

Las mujeres tienen muchas ganas de escuchar durante las charlas prenatales la realidad del parto. En los siguientes puntos resumo la información que yo les doy sobre la segunda fase del parto, lo que se conoce como "expulsivo".

Empezarás a tener ganas de empujar cuando sientas una sensación como de tener que defecar, una presión en el culo. En esta parte no tendremos ninguna prisa. Te conectarás con tu cuerpo y procurarás no impacientarte. Esto permitirá que tu cuerpo libere hormonas para tu periné que lo reblandecerán al máximo para el momento en que la cabeza del bebé lo estire.

La presión en tu culo se hará más fuerte, hasta que tengas la sensación de que te estás partiendo en dos y de que no lo puedes soportar. Esto es normal y ninguna mujer se ha roto en dos, así que tú no vas a ser la primera que lo haga. Como ya habrás aprendido que esto es lo normal te relajarás y verás que ésta es una sensación interesante y extraña. Tal vez incluso pienses "Vaya, Gloria me dijo que sentiría esto y tenía razón. Supongo que esto ocurre desde los principios de la humanidad..." .

Lo siguiente que sentirás será como una quemazón intensa y pinchazos justo alrededor de la entrada a la vagina. Esto es lo que muchas mujeres describen como el "círculo de fuego" porque rodea toda la abertura de la vagina. En este momento te saldrá de manera instintiva el llevarte la mano a la vulva que está prominente e intentar sujetar por donde sale la cabeza del bebé. Este instinto lo debes seguir. Parece ser que realmente es útil poner ahí tus propias manos. A veces a las mujeres les gusta tener paños calientes en el periné en este momento, así que si los quieres hazmelo saber. Si te gusta el calor lo dices, y si no te gusta pues dilo también. Haremos lo que a ti te apetezca.

La mayoría de las mujeres prefieren el expulsivo a la dilatación. Cuando estás empujando sientes que por fin avanzas y que realmente hay una meta al final de todo tu esfuerzo.

Es un momento en el que tienes concentrarte al máximo y centrarte en ti misma. No permiteremos que nadie hable en la habitación. Todos permaneceremos en silencio entre las contracciones y respetándote mientras tu aprovechas para volver a concentrarte en ti misma. Cuando empiezas a sentir el círculo de fuego, no hay ninguna prisa. Te animaré a que empujes como te apetezca hasta que la cabeza esté coronando (cuando la mayor parte de la cabeza ya es visible) . Lo único que tocará tus partes será el paño caliente y tus manos. Es muy importante que la matrona mantenga las manos alejadas porque en ese momento tus tejidos están hinchados y llenos de sangre, y sólo con apretarte con los dedos te puede hacer un moratón o raspazo. Esto puede producirte un desgarro. Utilizaremos un espejo de plástico y una linterna para ver como vas y así poder orientarte. No os tocaremos ni a ti ni al bebé.

El momento de la coronación (cuando sale la cabeza) es muy intenso y requiere que te concentres exclusivamente en notar la sensación de quemazón como una sensación segura y sana que no se parece a nada que hayas sentido antes. Tal vez oigas una voz malvada dentro de ti que te dice: "venga, empuja fuerte de una vez y así acabarás ya, que más da si te desgarras, lo que quieres es acabar de una vez por todas y que esa cabeza salga ya de tu culo!". Esta voz malvada no te va a ayudar, así que le das gracias y luego te dices a ti misma: "venga, aguanta así. Vas muy bien. Si paso el tirón jadeando y me aguanto las ganas de empujar seguiré fiel a mis propósitos, no me desgarraré y a la larga estaré mucho mejor". Tu matrona sólo te dará consejos positivos de la forma más sencilla posible para que no te desconcentres. Típicamente te dirá cosas como: " Muy bien, Linda, suave....suave...suave....aguanta aguanta conmigo....has....hah....ha.......Muy bien, ya hemos acabado con esta. Te estás abriendo divinamente, hay muchísimo sitio para tu bebé, tu hija tiene el tamaño ideal para pasar..."

Te ofreceremos agua y una pajita porque la hidratación es importante en el expulsivo. Puedes beber o dejarlo, lo que te apetezca

Cuando la cabeza haya terminado de salir notarás un inmenso alivio. Entonces tienes que seguir centrándote en la siguiente contracción, que hará que salgan los hombros del bebe. Luego todo el cuerpo del bebé saldrá rápidamente con muy poco esfuerzo por tu parte. Te subiremos al bebé sobre tu piel desnuda en ese momento y verás como es lo más alucinante del mundo tener a ese pegajoso, resbaladizo, y maravilloso bebé contigo fuera de tu cuerpo.

Tal vez notes tu periné muy reblandecido, y aunque te extrañe lo que mejor va en ese momento es ponerte unos paños o compresas húmedos con agua muy caliente. Esto coincide con una teoría de la medicina china de que nunca hay que poner nada frío sobre la madre o el bebé. Las mujeres dicen que se sienten mucho mejor en cuando se les aplica el calor y la hinchazon disminuye en seguida.

Cuando salga la placenta notaras como si un tampón muy grande y suave se escurriera. Es un sentimiento hermoso completar todo el proceso del parto con la salida de la placenta.

Cuando una madre recién parida conserva el periné intacto se recupera antes y mejor del parto. A mi me gusta enrollar una toalla y hacer con ella un círculo sobre el cual la madre se siente mientras da de mamar.

Las relaciones sexuales se pueden reanudar cuando la pareja se siente preparada, y a veces un poquito de aceite de oliva o de almendras viene bien como lubricante al principio.

Gloria Lemay
www.birthlove.com
Traducido por Ibone Olza

Por qué la teta hasta por lo menos los 2 años?

El término “lactancia prolongada” se utiliza cuando el niño amamantado es mayor de 12 meses de edad. En este artículo, a dichos niños les llamamos “pequeños lactantes”.

Los pequeños lactantes se benefician NUTRICIONALMENTE:

“Aún mucho después del primer año de vida, la leche materna continúa proporcionando cantidades sustanciales de nutrientes clave, especialmente proteínas, grasas, y la mayor parte de las vitaminas”.
–Dewey, 2001

En el segundo año de vida (12 a 23 meses), 448 ml de leche materna proporcionan:


29% de requerimientos de energía
43% de requerimientos de proteína
36% de requerimientos de calcio
75% de requerimientos de vitamina A
76% de requerimientos de ácido fólico
94% de requerimientos de vitamina B12
60% de requerimientos de vitamina C
–Dewey, 2001

“El promedio estimado de tomas de leche en un periodo de 24 horas fue de 548g para el 97% de niños que fueron amamantados de 12 a 23 meses de edad, y 312 g para el 73% de niños amamantados de 24 a 36 meses de edad. Esto representa un promedio diario de ingestión de 41% y 23% de la ingesta diaria recomendada de vitamina A, respectivamente”.
–Persson 1998

A pesar de que se ha investigado poco sobre niños que son amamantados después de los dos años de edad, la información disponible indica que la leche materna continúa siendo una fuente valiosa de nutrición y protección contra enfermedades durante todo el periodo de lactancia.
Es común que se recomiende el destete para niños pequeños que ya comen algunos sólidos. Sin embargo, esta recomendación no está sustentada en investigación alguna. De acuerdo con Sally Kneidel en “Nursing Beyond One Year” (New Beginnings, Vol. 6 No. 4, July-August 1990, pp. 99-103.):
Algunos médicos pueden sentir que la lactancia interferirá con el apetito del niño hacia otras comidas. No obstante, no hay documentación que indique que los alimentos suplementarios son rechazados más frecuentemente por los niños amamantados que por los ya destetados. De hecho, la gran parte de los investigadores en países del Tercer Mundo, donde el apetito de un niño pequeño desnutrido puede ser de importancia crítica, recomiendan la lactancia prolongada aún para los casos más severos de desnutrición. (Briend et al, 1988; Rhode, 1988; Shattock and Stephens, 1975; Whitehead, 1985). La mayoría sugieren ayudar al niño amamantado no con el destete, sino suplementando la dieta de la madre para mejorar la calidad nutricional de su leche (Ahn and MacLean, 1980; Jelliffe and Jelliffe, 1978), y ofreciendo al niño comidas más variadas y agradables al paladar para mejorar su apetito (Rohde, 1988; Tangermann, 1988; Underwood, 1985).

Los pequeños lactantes se ENFERMAN MENOS:

“Anticuerpos son abundantes en la leche humana durante toda la lactancia” (Nutrition During Lactation 1991; p. 134). De hecho, algunos de los factores inmunológicos en la leche materna aumentan en concentración durante el segundo año y también durante el proceso de destete. (Goldman 1983, Goldman & Goldblum 1983, Institute of Medicine 1991).
Según la Organización Mundial de la Salud (www.who.int/inf-fs/en/fact178.html) “un aumento moderado en las tasas de lactancia materna podría prevenir hasta un 10% de las muertes de niños menores de 5 años: El amamantar tiene un papel esencial, y a veces subestimado, en el tratamiento y prevención de enfermedades infantiles”.


Se ha encontrado que los niños que aún son amamantados entre las edades de 16 y 30 meses, tienen menos enfermedades, y de más corta duración, que los que no son amamantados (Gulick 1986).
La Academia Americana de Médicos de la Familia indica que los niños destetados antes de los dos años de edad tienen mayor riesgo de enfermarse (AAFP 2001).

Los pequeños lactantes tienen MENOS ALERGIAS:

Muchos estudios han mostrado que una de las mejores maneras de prevenir alergias y asma es el amamantar de forma exclusiva durante al menos seis meses y continuar amamantando a largo plazo. La leche materna puede ayudar a prevenir alergias al reducir exposición a posibles alergenos (entre más tarde sea expuesto el bebé a ellos, es menos probable que se presente una reacción alérgica), acelerar la maduración de la barrera intestinal protectora del bebé, recubrir el intestino y proporcionar una barrera contra potenciales moléculas alergénicas, proporcionar propiedades anti-inflamatorias que reducen el riesgo de infecciones (las cuales pueden actuar como disparadores de alergias).

Los pequeños lactantes son INTELIGENTES:

Extensas investigaciones sobre la relación entre la lactancia materna y los logros cognoscitivos (nivel de coeficiente intelectual, calificaciones escolares), han mostrado las mayores ganancias en los niños que durante más tiempo fueron amamantados.

Los pequeños lactantes son SOCIALMENTE BIEN ADAPTADOS:

De acuerdo con Sally Kneidel en “Nursing Beyond One Year” (New Beginnings, Vol. 6 No. 4, July-August 1990, pp. 99-103):
Reportes de investigaciones sobre los aspectos psicológicos de la lactancia son muy escasos. Un estudio que lidiaba específicamente con bebés amamantados durante más de un año mostró un vínculo significativo entre la duración de la lactancia y las “calificaciones” dadas por las madres y los maestros de niños de seis a ocho años de edad (Ferguson et al, 1987). En las palabras de los investigadores, “Hay tendencias estadísticamente significativas que demuestran la disminución en las puntuaciones de desórdenes de conducta cuando la duración de la lactancia se prolonga.”
El amamantar durante y después de la infancia ayuda a los bebés y a los niños pequeños a hacer una transición gradual hacia la niñez plena. La lactancia materna es una manera cálida y amorosa de cubrir las necesidades de los niños pequeños. Les ayuda a calmar las frustraciones, golpes y heridas, y el estrés diario de la niñez temprana.


El cubrir las necesidades de dependencia de un niño, de acuerdo con su horario personal y único, es la clave para ayudar a ese niño a alcanzar su independencia. Los niños que logran independencia a su propio ritmo, son más seguros en dicha independencia que los niños que fueron forzados a independizarse prematuramente.

Los pequeños lactantes son NORMALES:

La Academia Americana de Pediatría recomienda que los niños sean amamantados al menos durante 12 meses, y después de eso, durante todo el tiempo que tanto la madre como el hijo deseen hacerlo (AAP 1997).
La Academia Americana de Médicos de la Familia recomienda que la lactancia materna continúe durante todo el primer año de vida y que “El amamantar después del año de vida ofrece beneficios considerables tanto a la madre como al niño, y debe continuar mientras así lo deseen ambos”. También hacen notar que “Si el niño es menor de dos años de edad, está expuesto a un mayor riesgo de contraer enfermedades si es destetado” (AAFP 2001).
Un Secretario de Salud de Estados Unidos ha declarado que es un bebé afortunado el que continúa amamantando hasta los dos años de edad. (Novello 1990)
La Organización Mundial de la Salud pone énfasis en la importancia de amamantar hasta los dos años de vida y más (WHO 1992, WHO 2002).
Investigaciones científicas hechas por un profesor de Texas A&M, muestran que nuestros hijos están diseñados para esperar ser amamantados entre 2.5 y 7 años (Dettwyler 1995).

Las MAMÁS que amamantan a sus hijos de manera prolongada también obtienen beneficios:

En muchas mujeres, la lactancia prolongada retrasa el regreso de la fertilidad al suprimir la ovulación.

El amamantar reduce el riesgo de cáncer de ovarios.

El amamantar reduce el riesgo de cáncer uterino.

El amamantar reduce el riesgo de cáncer del endometrio.

El amamantar protege contra la osteoporeosis .Durante la lactancia, la madre puede experimentar reducciones de mineral óseo. La densidad de mineral óseo de una madre que amamanta puede ser reducida en todo el cuerpo en un 1 ó 2 por ciento mientras dure la lactancia. Esta pérdida regresa a sus niveles originales, y aún puede aumentar, cuando el bebé es destetado. Esto no depende de suplementos adicionales de calcio en la dieta de la madre.

El amamantar reduce el riesgo de cáncer del seno . Varios estudios han encontrado una asociación inversa significativa entre la duración de la lactancia y el riesgo de cáncer.

Se ha comprobado que el amamantar disminuye los requerimientos de insulina en mujeres diabéticas.

Las mujeres que amamantan tienden a perder peso más fácilmente

12 may 2008

Nacer por cesárea

Se estima que aproximadamente una de cada cinco o de cada cuatro mujeres españolas dan a luz por cesárea. En la mayoría de los casos la intervención se decide de manera urgente por problemas en el parto.

Esto conlleva que se puedan dar situaciones de verdadero estrés o incluso miedo por la vida de la madre o del niño. Por eso la recuperación es lenta y no sólo depende de los aspectos físicos.También hay que cuidar el lado psicológico. Algunas madres aceptan bien la intervención y se recuperan sin problemas. Pero para otras mujeres el impacto puede llegar a ser muy fuerte, aunque raramente lo llegan a hablar porque se sienten culpables de no estar felices en el nacimiento de sus hijos.

"Nunca imaginé que pudiera tener problemas para parir. Despues de 6 horas de parto dijeron que la vida del niño corría serio peligro. Pasé mucho miedo, incluso pensé que me iba a morir. Mi marido tuvo que esperar fuera. Nada más nacer se llevaron a mi hijo, apenas lo di unos segundos. Mientras me cosían me sentí tremendamente triste y sola, los profesionales apenas me dijeron unas palabras.". M.P.

Las circunstancias que rodean una cesárea pueden ser muy estresantes para la mujer y para su pareja. Toda situación de riesgo vital conlleva un estrés psicológico grave. A veces los profesionales de la salud no son conscientes del sufrimiento psicológico que estas situaciones pueden generar. Muchas mujeres que han tenido una cesárea urgente cuentan como en las semanas o meses que han seguido al nacimiento han revivido los momentos del nacimiento en su cabeza como si de una película se tratara. A menudo pueden experimentar además tristeza o rabia, pero puede ser que no exterioricen estos sentimientos ya que los que le rodean suponen que está feliz porque que ha sido madre. Empezar a exteriorizar estos sentimientos de tristeza es el primer paso hacia la recuperación. Por otra parte, si la mujer ya sabía que el niño iba a nacer por cesárea probablemente la intervención haya sido menos traumatizante.

"Pensaba que sería el día más feliz de mi vida y fue uno de los peores. Cuando me llevaron a la habitación ni siquiera tenía ganas de ver a mi hija. Creo que soy una mala madre por no estar feliz a pesar de tener una niña preciosa." M.C.

El tener que dar a luz por cesárea puede suponer una pérdida: el nacimiento soñado no ha sido como se pensaba. (esto también puede suceder cuando el parto, a pesar de ser vaginal, ha sido traumático). Incluso cuando la cesárea ha permitido que el niño nazca sin problemas la madre puede estar triste por no haber tenido un parto natural. Esta tristeza no significa que no quiera al hijo cómo la que más. Otro factor que puede incrementar la tristeza es la propia debilidad que la operación genera. Una cesárea es cirugía mayor abdominal y encima nada más salir de la anestesia hay que ocuparse de un recién nacido. Si encima se ha perdido mucha sangre en la intervención, y si en la clínica la madre no consigue descansar bien, la situación de agotamiento hace que todos los sentimientos de tristeza aumenten, pudiendo llegar a causar una clara depresión.

"Me siento fracasada y frustrada por no haber parido. Por ridículo que parezca también pienso que he decepcionado a mi marido. Creo que la culpa fue mía por no haber hecho una buena preparación al parto".

El parto es mucho más que la llegada al mundo de un hijo. Es también un momento crucial en la vida de muchas mujeres. Desde que tenemos la primera regla se nos dice que así podremos tener hijos y el parirlos es algo innato en nosotras. El tener que parir por cesárea puede motivar que la mujer sienta que su cuerpo le ha fallado o incluso que es culpable de no haber cuidado bien al hijo que llevaba dentro. Estos pensamientos pueden ser obsesivos: continuamente se le da vueltas al tema pensando que se podía haber hecho para que las cosas fueran de otra forma. Una forma de aliviar estos sentimientos es hablar con los profesionales que atendieron el parto o incluso con otros médicos o matronas que pueden ayudar a entender mejor lo que sucedió.

Muchas veces el padre también se ha llevado un buen susto y puede estar preocupado por la recuperación de su mujer o por los futuros embarazos. O puede ser que no entienda la tristeza de su mujer si el niño está perfectamente. Compartir estos sentimientos en la intimidad permite aliviar los sentimientos de culpa y aceptar que ser padre o madre es en la realidad más complejo que en los sueños pero también mucho más enriquecedor.

"Deseamos más hijos, pero yo me siento incapaz de volver a pasar por una experiencia así. Sólo de ver el hospital se me pone la carne de gallina. No sé si algún día superaré esta situación"

Hablar de todos los sentimientos que rodean una cesárea o un parto traumático facilita el ir curando la herida emocional. Los motivos que generaron una primera cesárea no tienen porque repetirse. Con el tiempo, el apoyo de la pareja y con la información adecuada se puede poner la experiencia en perspectiva. La lactancia y el ver crecer al hijo o hija son desde luego ayudas valiosísimas para superar el trauma. Aunque el siguiente embarazo puede estar marcado por el miedo a que se repita, el ir hablando del tema y el apoyo de la comadrona o el ginecólogo sirven para poder afrontar el nuevo nacimiento sin miedos. Si los profesionales no muestran este apoyo puede ser beneficioso el buscar una segunda opinión o incluso el cambio de equipo médico.

Ayudan a superar la cesárea:
Descanso y tranquilidad. Cuando alguien está convaleciente de la operación no debería estar pendiente de recoger la casa para recibir a las visitas. Por eso puede ser aconsejable posponer las visitas hasta que el bebé ha cumplido un mes, por ejemplo, y dedicar todo el tiempo posible a descansar.
Hablar con los profesionales y preguntar todas las dudas concernientes a la operación. Incluso si la madre estuvo despierta durante la cesárea puede no recordar muchas de las cosas acontecidas. Si es difícil localizar al profesional que atendió el parto siempre se puede solicitar un informe detallado o una copia del historial médico.
Reconocer y aceptar los sentimientos de pérdida o de tristeza si están presentes. "Lo importante es que el niño está bien" es uno de los comentarios más repetidos tras una cesárea. Claro que sí, pero también es importante reconfortar a la madre y aceptar su frustración si ella la siente así.
Hablar con mujeres que han pasado por una experiencia similar produce un alivio importante. En internet existen foros para apoyar a mujeres que busquen apoyo para superar esta experiencia. http://www.elistas.net/lista/apoyocesáreas.
De cara a siguientes embarazos, saber que no tiene porque volver a suceder. Se estima que hasta un 80% de las mujeres que han tenido una cesárea pueden tener luego un parto vaginal. En Estados Unidos incluso hay mujeres que han parido después de dos o más cesáreas.

Los estudios demuestran que los centros donde más se respeta el parto natural tienen tasas más bajas de cesáreas sin que ello incremente los riesgos para la madre o el niño. Una buena información y preparación al parto son la mejor manera de evitar una cesárea innecesaria.

Si hay que volver a pasar por una cesárea se pueden pedir algunos cuidados que facilitan la recuperación física y psicológica. Solicitar que el padre esté en la intervención y pueda coger al bebé nada más nacer, que la madre esté informada en todo momento, o que se mantenga un clima de silencio durante la cesárea permite recuperar la sensación de respeto y cariño que debería rodear todo nacimiento.

Dra. Ibone Olza
Médico-Psiquiatra

Qué Dice la ORGANIZACIÖN MUNDIAL DE LA SALUD

Guia esencial para el cuidado antenatal, perinatal y postparto. Año 2001.


Chalmers B, Mangiaterra V, Porter R.
WHO principles of perinatal care: the essential antenatal, perinatal, and postpartum care course. Birth 2001; 28: 202-207.


Las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y meta-análisis de estudios controlados sugieren que se continúa practicando en el mundo un cuidado perinatal y uso de tecnología inapropiados, a pesar que existe aceptación generalizada acerca de principios de cuidado basados en las evidencias.
Por este motivo, han sido identificados una serie de principios acerca del cuidado perinatal y se han desarrollado materiales educativos para facilitar la implementación de los mismos por parte de la Oficina Regional de la OMS en Europa.

La Oficina Regional de la OMS para Europa recientemente desarrolló un Taller de Cuidado Perinatal en el cual se propusieron 10 principios que deberían ser considerados en el cuidado perinatal en el futuro. Estos principios fueron ratificados luego en una reunión de la Oficina Regional de la OMS para Europa y sus estados miembros (Segunda Reunión de Puntos Focales para la Salud Reproductiva/Salud de las Mujeres y los Niños en la Región Europea).

Los diez principios del Cuidado Perinatal que la OMS señaló en la reunión fueron:

El cuidado del embarazo y parto normales debe:
Ser no medicalizado, lo que significa que el cuidado fundamental debe ser provisto utlizando un set mínimo de intervenciones que sean necesarias y se debe aplicar la menor tecnología posible.
Ser basado en el uso de tecnología apropiada, lo que se define como un conjunto de acciones que incluye métodos, procedimientos, tecnología, equipamiento y otras herramientas, todas aplicadas a resolver un problema específico. Este principio está dirigido a reducir el uso excesivo de tecnología o la aplicación de tecnología sofisticada o compleja cuando procedimientos más simples pueden ser suficientes o aún ser superiores.
Ser basado en las evidencias, lo que significa avalado por la mejor evidencia científica disponible, y por estudios controlados aleatorizados cuando sea posible y apropiado.
Ser regionalizado y basado en un sistema eficiente de referencia de centros de cuidado primario a niveles de cuidado terciarios.
Ser multidisplinario, con la participación de profesionales de la salud como parteras, obstetras, neonatólogos, enfermeras, educadores del parto y de la maternidad, y cientistas sociales.
Ser integral y debe tener en cuenta las necesidades intelectuales, emocionales, sociales y culturales de las mujeres, sus niños y familias y no solamente un cuidado biológico.
Estar centrado en las familias y debe ser dirigido hacia las necesidades no solo de la mujer y su hijo sino de su pareja.
Ser apropiado teniendo en cuenta las diferentes pautas culturales para permitir y lograr sus objetivos.
Tener en cuenta la toma de decisión de las mujeres.
Respetar la privacidad, la dignidad y la confidencialidad de las mujeres.

Estos principios aseguran fuertemente la protección, la promoción y el soporte necesario para lograr un cuidado perinatal efectivo. Estos están siendo incorporados en los materiales técnicos así como también en las herramientas de monitorización y evaluación de la Oficina Regional Europea de la OMS.

Formas de cuidado que deberían ser abandonadas
No permitir a las mujeres que tomen decisiones acerca de su cuidado.
Participar a los médicos en la atención de todas las mujeres.
Insistir en el confinamiento institucional universal
Dejar a las madres sin atención durante el trabajo de parto.
Rasurado de rutina.
Enema rutinario.
Monitoreo fetal electrónico rutinario sin determinación de pH en cuero cabelludo
Restricción de la posición materna durante el trabajo de parto
Episiotomía rutinaria
Repetir la cesárea en forma rutinaria luego de cesárea anterior.
Inducción del parto en forma rutinaria antes de las 42 semanas.
Uso de sedantes /tranquilizantes de rutina
Uso rutinario de guantes y mascarillas en las unidades de cuidados del recién nacido
Separar a las madres de sus hijos cuando estos se encuentran en buen estado de salud.
Administración de agua/glucosa en forma rutinaria a los niños amamantados.
Lactancia con restricciones.
Distribución sin cargo de muestras de fórmulas lácteas.
Prohibir las visitas de los familiares.

Formas de cuidado que reducen los resultados adversos del nacimiento
Proveer apoyo sicosocial a las mujeres.
Contacto madre-hijo irrestricto.
Escaso beneficio de una tasa de cesárea superior al 7%.
Posición levantada durante el trabajo de parto.


Prácticas en el Control prenatal recomendadas para el personal de salud que realiza control prenatal

Nutrición
Recibir ácido fólico antes del embarazo y durante el primer trimestre
Suplementación con Fe solamente si éste está indicado, sabiendo que un nivel de hierro más bajo considerado habitualmente como indicador de anemia, es fisiológico durante el embarazo
Abandonar las evaluaciones tradicionales perinatales con score de riesgo, ya que las mismas no pueden predecir quiénes desarrollarán complicaciones. En lugar de esto, observar a las mujeres que no se encuentren en riesgo, permaneciendo vigilantes en todo momento ante cualquier signo fuera de lo normal. Una clasificación de "riesgo" debe ser flexible y abierta a ser revisada.

Atención médica
Reducir el número recomendado de consultas prenatales para las mujeres con embarazos normales con el fin de disminuir el exceso de medicación y de hospitalización.
Reducir el uso rutinario de exámenes ecográficos durante el embarazo a solamente "con indicación" o a una ecografía (alrededor de las 18 semanas) si se prefiere.
Minimizar la cantidad de pruebas de tamizaje durante las consultas. Exámenes de sangre, presión arterial y exámenes de orina para pesquisar proteinuria son esenciales además de la medición de la altura uterina. Los demás estudios deben realizarse solamente si están indicados.
Entender la sensibilidad y especificidad de cualquier prueba diagnóstica utilizada. No indicar pruebas que no tengan indicación clínica clara.

Cuidado psicosocial
Proveer preparación durante el embarazo, parto y para la paternidad. Brindar adecuada preparación e información como parte del cuidado. Incluir compañías que la mujer elija en esta preparación. Reconocer que los padres tienen necesidades propias como individuos y no solamente como compañeros o acompañantes de la pareja.
Evaluar factores de riesgo sicosociales potenciales que puedan influir en la mujer y su familia. Es útil utilizar una escala como la Escala ALPHA para estos fines.
Proveer a las madres de la historia clínica de su embarazo y parto. Las madres guardan estos documentos para asegurarse que los mismos van a estar disponibles siempre que los necesiten.
Brindar a las mujeres información basada en evidencias científicas, y estimular su participación en las decisiones acerca de su cuidado.
No sentirse obligados, en ningún momento del embarazo o el nacimiento, a brindar cuidados que no estuvieran basados en evidencias científicas, aunque éstos cumplieran con los intereses de la madre y el niño, y fueran requeridos por la mujer o su familia.
Ofrecer un enfoque individualizado acerca de la atención en todo momento.
Alentar el desarrollo de protocolos locales de atención.

Alimentación del Niño
Estimular la lactancia materna como el mejor método para alimentar al niño. No recomendar ninguna preparación para las mamas, ya que ésta no es efectiva.

Recomendaciones para la Atención Intraparto Primer estadio
Uso del partograma para registrar y monitorear el progreso del trabajo de parto. Limitar los exámenes vaginales para evaluar el progreso realizándolos cada 4 horas en trabajos de parto normales y cada 2 horas cuando se llegue a la línea de alerta del partograma.
Minimizar la cantidad de intervenciones durante el trabajo de parto; particularmente evitar la introducción de cualquier dispositivo dentro de la vagina. Estimular una política de "manos libres".
Abandonar el uso de rasurado y enema.
Estimular la deambulación durante el trabajo de parto.
Usar el estetoscopio fetal para monitorear la frecuencia cardíaca fetal.
No restringir líquidos durante el trabajo de parto, y permitir que las mujeres con trabajos de parto que progresan normalmente, ingerir comidas livianas si las necesitan.

Apoyo psicosocial
Proveer cuidado permanente durante el trabajo de parto y no dejar a la mujer sola.
Estimular la presencia de una persona que la mujer elija para que la acompañe durante el trabajo de parto y el parto. Proveer "doulas" (acompañantes entrenados) en el caso de ausencia de una persona, y estimular su presencia además de la presencia de la familia, si la mujer lo requiriera. Notar que los padres no siempre son la compañía adecuada para apoyar a sus parejas, y que ellos también pueden beneficiarse de recibir un apoyo adecuado.
Usar un sistema rotativo de parteras para facilitar el trabajo en los momentos de mayor actividad.
Respetar la privacidad de las mujeres y su dignidad en todo momento durante el embarazo, el parto y el post parto.
Ser sensible a las necesidades culturales y las expectativas de las mujeres y sus familias.

Período expulsivo
Usar una posición levantada si la mujer lo elige durante el parto. Evitar el uso de la posición supina para el parto, y particularmente la posición de litotomía (con las piernas levantadas). Abandonar las camas de parto tradicionales para los partos normales. Usar una cama standard si se elige una cama para el parto.
No realizar episiotomía de rutina (o perineotomía o incisión mediana).
No suturar rutinariamente los desgarros o los cortes menores: las pequeñas heridas pueden usualmente cicatrizar solas. Suturar cuando esté indicado.
No realizar exámenes del cuello después del parto en forma rutinaria excepto que exista evidencia de hemorragia.
Las tasas de cesárea deben ser entre 5% y 15% en cualquier institución, dependiendo del nivel de atención.
Usar la tecnología más sencilla disponible en lugar de técnicas sofisticadas si esta tecnología está apoyada por evidencia fuerte acerca de su utilidad.
Usar el método de Misgav Ladach (Starr) para la cesárea cuando sea posible.
No aumentar los costos en cuidados que no sean esenciales; una compañía para brindar apoyo durante el trabajo de parto es esencial, no un lujo. Los costos de cuidados que no son necesarios (por ejemplo, televisión en las habitaciones) pueden ser cubiertos por la iniciativa privada.

Manejo del dolor
Evitar el uso de medicación durante el trabajo de parto. Para el manejo del dolor se deben usar preferiblemente métodos no farmacológicos, como la deambulación, el cambio de posición, masajes, relajación, respiración, acupuntura, y otros.
Evitar la analgesia epidural como un método de rutina para calmar el dolor. Preferir la anestesia espinal/epidural a la anestesia general en la cesárea.

Recomendaciones para establecer un buen contacto madre - hijo

Nacimiento:
Ubicar al bebé sobre el abdomen de la madre y secarlo inmediatamente. Animar a que la madre participe. Quitar esa toalla y tapar a la madre y al niño con una segunda toalla que se encuentre seca. Mantener la cabeza del bebé tapada para minimizar la pérdida del calor.
Cortar el cordón una vez que hayan cesado las pulsaciones del mismo mientras el bebé se encuentra con su madre, siempre y cuando no exista una hemorragia significativa.
Incentivar el cuidado materno piel a piel con su bebé durante al menos las primeras dos horas después del parto, así como todo lo que sea posible durante el postparto inmediato y posteriormente.

Promover el amamantamiento:
Incentivar la alimentación al niño cuando el mismo esté dando señales de que está listo para recibirla, mostrando salivación, movimientos orales, llevándose las manos a la boca y moviéndose hacia el pecho materno. No forzar la alimentación hasta que el bebé no esté listo.
No separar al bebé de su madre en las primeras horas después del parto. Intentar realizar todos los exámenes necesarios para el recién nacido normal en la cama de la madre, en lugar de utilizar una mesa examinadora apartada.
Retrasar la realización de los exámenes que no sean necesarios. Realizar los exámenes con la madre y el niño juntos; demorar la hora del baño por 6 horas o más.
Demorar la profilaxis de la conjuntivitis gonocóccica, para evitar que el contacto visual madre - hijo se vea alterado. Luego del nacimiento buscar los momentos apropiados, para dar la vitamina K, BCG y realizar la profilaxis de la conjuntivitis gonocóccica contra la gonorrea. (en aquellas instituciones donde esté indicado).

Recomendaciones para los cuidados postparto

Promover el contacto madre - hijo y el amamantamiento:
Seguir las guías de la Iniciativa del Hospital Amigo del Niño para la alimentación infantil: incentive la exclusividad del amamantamiento a demanda desde el nacimiento y evite cualquier suplemento para el bebé que contenga agua, glucosa, o sustitutos de leche materna.
Ofrecer el alojamiento conjunto para todas la madres y bebés las 24 horas del día.
Incentivar el contacto piel a piel durante la estadía postparto en el hospital.

Apoyo psicosocial.
Permitir la libre visita de los miembros de la familia que la mujer elija durante el postparto.
Es ideal ofrecer comodidades para que un miembro de la familia pueda acompañar a la madre durante la noche.

Alta
Utilizar un criterio flexible en cuanto al momento del alta: permitir que la mujeres juzguen cuando es el momento para volver a su hogar.
Asegurarse que exista una situación familiar adecuada y sostenedora luego del alta, si ésta no existiera realizar los arreglos necesarios para un seguimiento intensivo.
Facilitar contactos en la comunidad y fuentes de soporte local para todas las mujeres.
Incorporar las percepciones de las mujeres y sus parejas acerca de los cuidados, como parte de un procedimiento estándar para el cuidado efectivo y apropiado.

Planificación Familiar
Asegurarse de brindar consejos acerca de la planificación familiar antes del alta.

¿Por Qué la Verticalidad?

La historia del parir, que comienza antes que la obstetricia lograra salvar vidas de madres e hijos, ilustra su recorrido con mujeres que durante siglos eligieron sentarse o ponerse en cuclillas para pujar; negarse a reconocer esta evidencia no forma parte de los avances de la obstetricia.


La cultura urbana potencia la convicción de las mujeres que asumen la posición acostada cuando deben parir: se supone que internarse en una clínica, obedecer todas las indicaciones de los médicos y acostarse forma parte de la tecnología más avanzada. Pero la cultura urbana también ignora cuáles son las prioridades del parir.

La posición vertical (sentada, en cuclillas, de rodillas, colgada de un árbol según la práctica de algunas tribus), es aquella en la cual el torso de la mujer y su canal pelviano oscilan dentro de un ángulo de 45 º y 90º con respecto al plano horizontal.

Una vez iniciado el trabajo de parto la inspiración profunda que realiza la mujer hace descender el diafragma, lo cual se complementa con la acción contráctil de la prensa abdominal: entre ambas acciones se impulsa al bebe hacia la abertura vulvar, como única salida. El bebe, una vez iniciado su descenso, estimulado por las contracciones uterinas y por su propio peso, no puede retroceder. La posición horizontal neutraliza o entorpece esta mecánica como sucedería si se tratase comer o defecar estando acostadas.

Insertos en la articulación pubiana (en las ramas descendentes del pubis, en la parte interior de la ingle, y muy cerca de la parte interior de la rodilla), se encuentran los músculos abductores. Antiguamente se los llamaba custodes virginitates, custodios de la virginidad, puesto que en el medioevo se sostenía que ante el riesgo de una violación, si una mujer cruzaba fuertemente los muslos (donde se encuentran los abductores) no podría ser penetrada.

Esta musculatura no tiene a su cargo impedir violaciones, sino colaborar en apertura de la sínfisis pubiana, es decir, ayudar a abrir el canal vaginal y la vulva (junto con la impregnación de las hormonas relajantes que produce la mujer) para permitir el egreso del cuerpo del bebe.

Para llevar a cabo esta acción, es necesario que la parturienta esté sentada o en cuclillas, de manera que los músculos se tensen y ejerzan su fuerza sobre la zona que debe abrirse; cuando la mujer está acostada se anula la acción fisiológica de esta musculatura. Acostarla implica privarla de un instrumento clave para parir.

Por otra parte, cuando el cuerpo se encuentra en vertical reproduce el esquema corporal que adquirió durante la niñez para realizar las funciones expulsivas de defecar y orinar, es decir, reproduce el modelo original y pone en marcha la memoria de funciones biológicas naturales. De este modo la vagina adquiere identidad propia, como canal expulsivo, y se diferencia de la vagina en coito como receptáculo activo del pene.

Las ilustraciones que muestran el diseño de las sillas que se usaban para los partos recorren la Edad Media y el Renacimiento, así como el momento en que el cuerpo médico sustituye a las comadronas y comienza a ocuparse de los partos. A partir de entonces las mujeres abandonaron la silla y acataron el criterio de los profesionales que actuaban con más comodidad si la parturienta estaba acostada. Tengamos en cuenta que en aquellas épocas, quien recibía al bebe debía arrodillarse delante de la mujer; no era una posición cómoda para introducir las técnicas que los mèdicos proponían, ni resultaría psicológicamente digerible estar arrodillado a los pies de una mujer que está pariendo.

Esta es una de las razones y no la menos importante por la que los médicos rechazaran el sillón de parto; éste consta de una prensa hidráulica de modo que puede subirse o bajarse mediante un pedal: en el momento de la expulsión del bebe, el sillón está levantado, separado del piso de modo que el médico no necesita arrodillarse ni agacharse en exceso, ya que la pelvis de la mujer queda a la altura de sus manos. Pero, y este punto es importante: para mirar a la parturienta y dirigir los pujos, el profesional debe mirar "hacia arriba" ya que la mujer está "mas alta" que él.

Esta es una experiencia fuera de lo común para los médicos, entrenados en dar órdenes a pacientes que están acostados o sentados, por debajo de su mirada o a la misma altura, pero no por encima de él. Una elemental información en topología, que es la disciplina que estudia la distribución de los espacios, nos advierte acerca de la inevitable resistencia que esta situación provoca en estos profesionales.

Los otros argumentos que se pusieron en juego para liquidar los sillones de parto, que desaparecieron del país, resultan desacreditados cuando se leen los trabajos técnicos de los obstetras que eligen esta forma de parto; entre nosotros los aportes de Rosenvasser y actualmente de Solórzano y de Carlos Burgo , y en los internacionales los textos y los films preparados por Caldeyro Barcia en Uruguay.

La madre a ciegas, y la madre que mira

Cuando el parto se realiza con la parturienta acostada el nacimiento del hijo se produce detrás del vientre materno cuyo volumen oculta lo que sucede tras de él, donde los profesionales manipulan su cuerpo sin que ella disponga de control acerca de lo que sucede. Tampoco podrá mirar cómo su hijo emerge desde su interior. Acostada no tiene más perspectiva que el techo de la sala de partos; lo que conduce a la vivencia de hijo que le fue "sacado" del interior de su cuerpo sin que ella pudiese participar. De este modo se anula la unidad ojo-vagina (vulva).

La ausencia de mirada sobre lo que sucede con su cuerpo y con el bebe la conduce a suponer que es el médico quien "hace el parto" y a sentir gratitud hacia él, cuando en realidad se trata exactamente de lo contrario. Si exceptuamos las patologías que pueden presentarse y que demandan la intervención profesional, la que"hace el parto" es la mujer; la maniobra del obstetra contribuye a girar, en algunos casos, la cabeza del bebe para facilitar la expulsión.

Al desactivar la capacidad paridora de las mujeres, la medicina se apropió de sus partos; y merced a la colonización intelectual que padece el género femenino, paradójicamente, las mujeres sienten gratitud hacia los obstetras que las acuestan y las privan de sus herramientas para parir.

También les impiden sentir el placer que significa mirar al hijo cuando éste abandona el interior del cuerpo materno, en ocasiones ayudado por las manos de la parturienta que es quien puede conducirlo hacia afuera, a su nuevo mundo.

Cama, camilla, enfermedad, infantilización

Los muebles son portadores de significados. Si la experiencia enseña que en el momento de parir las mujeres tienden a sentarse o a incorporarse ¿qué significa acostarla en una camilla? En primer lugar, que la naturaleza y la fisiología de la mujer se equivocan: debe mantenerse acostada y asumir el mueble-camilla que la obstetricia reclama para comodidad de los profesionales. Baudrillard lo expresó claramente: "Elisión de las funciones primarias en provecho de las funciones de relación y de cálculo, elisión de las pulsiones en provecho de la culturalidad."

La camilla-cama se asocia con enfermedad y corresponde a las enseñanzas de la medicina asistencial; como se entiende que acompañar a un parto implica un asistir a la parturienta, acostarla es una manera de mantener en orden lo aprendido en la universidad, donde se enseñó que los asistidos-enfermos se acuestan. Lo que a su vez desemboca en la subordinación y en el sometimiento de la mujer que se siente tratada como una enferma sin atreverse a demandar un parto acorde con sus necesidades y sus potencialidades fisiológicas.

En cambio asistir a una mujer que está pariendo sentada o en cuclillas se instituye como desorden topológico para la medicina y como una novedad inquietante, por ejemplo, que una vez expulsado el bebe, la mujer camine por su cuenta hacia la cama. Y, con episiotomía o sin ella, se levante mientras se pregunta" ¿Para qué me voy a quedar internada si me siento bien? Me puedo ir a mi casa y controlarme mañana o pasado." Lo cual transforma la internación de tres días por parto en un mero pasaje por la institución sanatorial. Inquietante para la administración de los sanatorios. Desordenante para el narcisismo profesional que debe aminorar su vivencia de éxito ya que el "mérito" del parir queda a cargo de la mujer.

La verticalidad acompañada por la mirada se convierte en soporte de los núcleos adultos del Yo que son los que las mujeres ejercen durante el parto. La tesis que sostiene la regresión de las grávidas que se sienten como si fuesen niñitas, seguramente puede encontrarse en algunas mujeres en particular si durante la psicoprofilaxis le potenciaron el aniñamiento explicándole que "deberá portarse bien y no gritar".

Esos núcleos adultos que pueden expresarse durante el parto son los que colocan a la mujer en la realidad de lo que acontece, mientras que al acostarla se la infantiliza porque se la posiciona como alguien que debe obedecer órdenes y colaborar con la dirección del parto a cargo de un médico.

Las preguntas claves

"¿Y si es necesario hacer una cesárea?" Está previsto por quienes defienden el parto en vertical, porque parece obvio darse cuenta que quienes lo proponen cuentan por lo menos con la misma experiencia obstétrica que quienes lo cuestionan. El sillón de partos que había creado Perrusi se convertía rápidamente en camilla para facilitar una intervención, y la práctica de quienes ejercitan el parto natural, verticalizando a la parturienta cuentan con los mismos elementos que utilizan quienes recurren a la obstetricia tradicional.

La experiencia en psicoanálisis me enseñó cuánto pesa, en la historia de una mujer y en el vínculo con sus hijos, el modelo que se utilice para parir. Si bien la tendencia es olvidarse del momento del parto, lo que ocurre es que se reprime la representación de una mala experiencia; muchas mujeres tienden a narrar el parto minimizando sus vivencias negativas. Pero esas vivencias retornan, de modo inconsciente y pueden impregnar diferentes momentos de la vida de esas mujeres, en particular la vivencia de humillación trasladada a otras áreas.

La humillación y la subordinación, así como la infantilización que implican acatar el mandato de parir acostada -aunque quienes así lo hicieron afirmen que se sintieron cómodas y no registren la mutilación- reclaman la revisión del tema.

Aquellas que aún no transitaron por la experiencia están a tiempo de defender su parición reclamando que sea la cabeza de la mujer la que corone el parir, tal como sucede cuando ella rescata su verticalidad.

Reflexión: Los razonamientos que utilizan determinados profesionales para acostar a las mujeres en el momento de parir, constituyen argumentos al servicio de prácticas tradicionales destinadas a solventar la comodidad del profesional. El acatamiento del género mujer permite diagnosticar la subordinación de las mujeres a una cultura en cuya construcción no participaron. Y que hoy asumen porque las prepagas no fomentan el parto vertical.


Eva Giberti
(Articulo publicado en el fascículo Nº3 de la Colección Escuela para Padres, editado por Pagina 12 en 1999)

¿Qué es respetar el parto, el nacimiento y la crianza?

Embarazo
¿Cuál es la mejor preparación para el parto? La que se de en un lugar donde la mujer se sienta segura y respetada. En la que sienta placer por su cuerpo, en la que no subestimen ni a ella ni a su bebe. En la que no le enseñe a parir. En la que pueda juntarse con otras mujeres madres. En la que se le informen sus derechos, las leyes que la amparan y las opciones que ella pueda elegir. Y sobre todo donde pueda expresar y desterrar sus temores.

Parto
¿Qué es humanizar el nacimiento? ¿Qué es volver al proceso fisiológico?
Vivimos bajo un paradigma médico determinado, tenemos incorporada la idea de que, cuánta más tecnología y especialización médica mayor conocimiento y accionar. Esto muchas veces no es así. Por ejemplo en obstetricia y neonatología, los médicos, educados en este sistema y muchas veces con la mejor buena voluntad, trabajan con una serie de rutinas innecesarias y a veces peligrosas en torno al nacimiento. Realmente no se manejan por evidencia científica (ver estudios científicos de la OMS), sino por usos y costumbres, por que se los enseñaron así, porque no tuvieron oportunidad de ver partos fisiológicos, no intervenidos, porque no conocen la fisiología real. Por esto muchos creen que “salvan” la vida ante una patología, sin darse cuenta que la patología es generada por el mismo sistema médico que interviene por demás, yo diría, en todos los casos.
Es por eso que a continuación voy a contar cómo suele ser un parto en una institución y por qué queremos cambiar eso.
La mujer que va a parir tiene por Ley Nacional derechos que no se respetan, como estar acompañada en todo momento por alguien que ella elija, como elegir la posición para parir, como estar informada de todo lo que se le hace y decidir sobre su cuerpo, etc. El enema y el rasurado son prácticas que, por suerte, ya no tienen tanta vigencia, pero hay sitios en los que se sigue haciendo sin ningún asidero científico y con efectos contraproducentes.

Rutinas y Fisiología
La imposibilidad de beber y comer es una rutina de las instituciones que argumentan tener que estar en ayunas para una posible cesárea o anestesia general. Sin embargo esto es muy poco común y si pasara es una situación generalmente producida por el mismo accionar médico. No comer ni beber, significa perder energía para afrontar el momento del parto, la madre puede cansarse con mayor facilidad, y el bebé también, cosa muy contraproducente. El suero hidrata pero no repone energías y genera que la madre tenga que estar quieta por estar conectada a una vía intravenosa.
Estar quieta, y peor acostada, durante el trabajo de parto es una aberración para las mujeres, que necesitan encontrar las posturas más cómodas y así ayudar al bebé a bajar sin inconvenientes. Estar acostada hace presión sobre la vena cava y baja el flujo de sangre al bebé, por lo que también desciende el ritmo de los latidos; y generalmente es un parto que termina en cesárea por no haberse cambiado de posición a la madre. Otra práctica que mantiene a la madre inmóvil es estar conectada a un monitoreo electrónico que evalúa la frecuencia cardiaca del bebé. Sin embargo esta comprobado que este monitoreo es muchas veces malinterpretado y lleva a cesáreas innecesarias porque se asumen como peligrosas bajadas de latidos que son normales y fisiológicas durante el parto. Además la madre, al escuchar los latidos a través de dicho monitoreo, padece una situación de stress que inhibe la producción de oxitocina, que es la encargada de llevar adelante la dilatación, por lo tanto el parto.
Hablando del stress, toda situación que eleve las adrenalinas de la madre puede detener un parto, o entorpecerlo. El frío, la luz, las personas alrededor, el miedo, la necesidad de responder, de hablar, de usar la parte lógica y racional de nuestro cerebro puede inhibir un parto. Generalmente una institución tiene todos estos estímulos contraproducentes.
Hoy en día, en la clínica, no se respetan los tiempos de cada mujer para parir. Lo que se hace es inducir el parto con oxitocina sintética, que es la hormona que la mujer produce pero se la dan vía endovenosa en mayor cantidad. Las contracciones provocadas por la oxitocina no son las mismas que produce el propio cuerpo, si no que son más intensas y dolorosas, y muchas veces terminan generando sufrimiento fetal a los bebés, y por ende cesáreas. Muchos argumentan que gracias a la oxitocina se puede parir más rápido y ayudar a la mujer, como si ésta fuera una máquina que anda mal. Sin embargo no hay mujeres que no dilaten, si la mujer no dilata es porque algo la esta molestando o porque simplemente no llego el momento, el bebé no está listo y hay que esperar. Casi ningún médico deja que la gestación llegue por sí misma a las 42 semanas, sin embargo hasta esta semana cumplida, los nacimientos son normales, y sanos. Y muchas se hacen cesáreas o inducciones con bebes de supuestas 41 semanas que terminan teniendo una edad gestacional menor y por ende problemas para respirar, succionar o adaptarse.
Si la dilatación se estanca durante el trabajo de parto, lo primero que hay que intentar, antes de la oxitocina, es procurar que la mujer este en un ambiente tranquilo, íntimo, con poca luz, movilizándose a su manera, expresándose como quiera.
Por su puesto, están contraindicados los tactos cada hora, por varias personas, esto puede traer mayor incidencia de infecciones y en definitiva lo único que se consigue es tratar de controlar una situación que nadie debería controlar en tiempo más que la naturaleza.
La bolsa tampoco debe ser rota como de hecho se hace, muchas veces, para acelerar el trabajo de parto. La bolsa protege al bebe contra bacterias ajenas y hace el parto más fácil para mamá y bebé porque es una bolsa que amortigua los movimiento de la cabeza del bebé directamente sobre la pelvis de la mamá. Cuando la bolsa se rompe sola, antes de empezar el trabajo de parto, no hay porqué inducir dicho parto con oxitocina, si el bebé esta encajado, no hay porque evitar que esa mamá siga haciendo su vida hasta que el trabajo empiece por sí mismo, por su puesto siempre controlando la posible incidencia de una infección.
Parir en posición acostada es sólo en beneficio de la comodidad del medico. Puede ser peligroso para el bebe. Parir en posición semi-acostada predice desgarros y dificulta la salida y rotación del bebe. La mujer tiene que parir en la posición que le resulte más cómoda, que seguramente será la más saludable para su periné y su bebé, y el medico debe adaptarse a ésta.
La episiotomía no previene desgarros graves, sino más bien los agrava. Incluso la OMS desaconseja la utilización rutinaria de la episiotomía. Si se produce algún desgarro pequeño siempre será menor que el corte de la totalidad de tejidos de episiotomía. Estos cortes innecesarios generan muchos problemas post-parto y reduce el pleno cuidado y contacto de la madre con el recién nacido.

Cesáreas
No estamos en contra de las cesáreas justificadas que son una gran cirugía de salvataje, sin embargo, en los países del tercer mundo, a uno de los cuales pertenecemos, el porcentaje de cesárea es mucho mayor del que debería ser. Nacer por cesárea implica no haber recibido la orden hormonal, la oleada de oxitocina, endorfinas y adrenalina que significa pasar por el canal vaginal. No es lo mismo para el bebé enfrentar ese proceso fundante en la vida, que ser arrancado sin previo aviso del útero. Las cesáreas tienen mayor incidencia en problemas respiratorios, y por consecuencia internación separada de la madre. Tampoco hay que olvidar que es una cirugía mayor con todos los riesgos que esto implica. Las hormonas que liberan, tanto la mamá como el bebé en un parto facilitan luego el apego entre ellos. La oxitocina es la hormona que produce la leche materna y que genera una necesidad de protección y contacto físico con el bebé.
Después de una cesárea en el 99,5% de los casos se puede intentar un parto por vía vaginal.
Hoy, donde cada vez nacemos más por cesárea, se supone que si esta tendencia sigue aumentado, tal vez en el futuro dejemos de producir todas estas hormonas maravillosas, porque en algún lugar de la memoria de la especie quede registrado que ya no se utiliza. Esto no es bueno, porque se estudiaron la relación entre la no liberación oxitocina (sexo-parto-lactancia-contacto mamá bebé temprano y continuo) con la violencia, el suicidio, la falta de conciencia social, la bulimia y la anorexia, los ataques de ansiedad, la depresión, etc.
Cuando la cesárea es inevitable, por ejemplo ante el sufrimiento fetal, el bebé la vivencia como un rescate no como un arrancamiento de su espacio placentero. Además hay una gran diferencia entre la cesárea respetada y una no respetada. Aún tendiendo cesárea podemos procurar que ningún bebe se separe de su mama luego de su nacimiento, que haya un ambiente amoroso y acompañado.

Recién Nacido
Si el tiempo del trabajo de parto es respetado sin inducción y en un ambiente de intimidad, las contracciones no son tan dolorosas. La aplicación de la anestesia peridural es el comienzo de una cadena de medicalización, ya que inhibe las contracciones, necesita de una vía endovenosa preventiva, sólo por tratarse de una anestesia, y conlleva a la aplicación de oxitocina, siguiendo así la cadena.
Cuando el bebé nace hace un maravilloso proceso fisiológico para poder respirar. En ese momento lo único que necesita es el contacto con la piel de su mamá que tiene el ritmo cardíaco que conoce, el olor que conoce, la voz que conoce y el pezón que necesita para calmarse y alimentarse. La separación mamá-bebé trae trastornos en la lactancia, en el apego y sensaciones muy displacenteras para el bebé.
Para recibir un hijo debemos procurar que la sala esté prácticamente a oscuras y muy calentita. Todas las rutinas que se le hacen al bebé pueden esperar. Pesarlo, medirlo, bañarlo, puede esperar. Esto no pasa en la mayoría de las instituciones.
Generalmente se les pasa una sonda por la nariz y la boca hasta el esófago para ver si hay alguna obstrucción, esto es muy invasivo, en cambio, puede dársele de beber agua destilada y escuchar con un estetoscopio si llega al estómago (o diagnosticarlo previamente por ecografía). Lo mismo pasa con la sonda que se aplica en el ano, sólo hay que esperar a ver si el bebé hace caca. La vitamina K que se aplica inyectable, puede darse por boca. La hepatitis B es una enfermedad que sólo se transmite por vía sexual o transfusión de sangre, si se comprueba que la embarazada no tiene el virus no hay por qué molestar al recién nacido con esta vacuna.
El corte de cordón debe hacerse cuando éste deja de latir, es decir cuando ya no oxigena al bebé. Cuando se hace antes, o a penas nace, el bebé se pierde de seguir respirando por el cordón cuando está haciendo el gran esfuerzo de adaptarse al mundo aéreo, además ese corte tardío de cordón le permite obtener hierro, importante para los siguientes seis meses de vida.
Todas las revisaciones que el neonatólogo hace, pueden hacerse sobre el pecho de la madre. ¿Por qué insistir tanto con esto? Porque estudios demuestran que el bebé cuando nace tiene un periodo sensitivo en el que está dispuesto al contacto pleno con su madre. Él en la panza no tiene frío, ni hambre, la falta de gravedad le permite moverse a gusto y fácilmente, está contenido. Afuera, y por los tres meses (o más) que le siguen, necesitará reproducir la vida intrauterina. Esto se logra escuchando el corazón de la madre, sintiendo su olor, siendo alzado, acunado, alimentado con leche materna. Las primeras bacterias que lo colonicen, que sean las de las manos de su madre, para las cuales ya recibió anticuerpos y los seguirá recibiendo por medio del calostro.
La hora siguiente al parto, el bebé y la mamá liberan un cóctel de hormonas necesarias para la supervivencia de ambos. Si a un mamífero le quitásemos la cría al nacer y se la devolviésemos a las dos horas, no la reconocería como propia. Nosotros, por razonamiento, podemos entender que es nuestro hijo el que está llegando, pero el instinto maternal, si hay una separación, hay que construirlo de cero, y a veces enfrentar reacciones de rechazo que generan culpa en la mamá. Nada es irreparable, pero es bueno saber que incluso las primeras horas dejan huellas a largo plazo.
El método mamá-canguro, que se implementó por primera vez en Colombia por falta de incubadoras, consiste en poner al bebé prematuro que respira bien pero que no regula bien temperatura, sobre el pecho de su madre las 24 hs piel con piel permitiéndole succionar el pecho cuando desee. Estos niños se recuperan mucho más rápido y no tienen necesidad de pasar por la soledad y la falta de su madre que significa estar en neonatología.

Lactancia
La lactancia materna no sólo es el mejor alimento para el bebé y el que ideó la naturaleza para los seres humanos, sino que activa una serie de hormonas que establecen el apego entre la mamá y el bebé. El bebé recién nacido sano no debería ingerir más que la leche materna ya que una mamadera o un chupete confunden la succión y hacen que no mame correctamente por lo tanto no se produce la leche necesaria. No hay mujeres que no tengan leche o que se queden sin ella. La cantidad de leche es directamente proporcional a lo que el bebé succiona. La teta no sólo es el mejor alimento, sino la mejor caricia, el mejor contacto sensorial con la madre, la mejor forma de calmarse, de dormirse, de recibir amor, de calmar la sed, de sentirse seguro…

Puerperio
El puerperio no dura seis semanas, sino dos años aproximadamente. En ese tiempo el bebé necesita estar fisionado con su mamá. La madre entregada a este proceso vive un profundo despertar de conciencia porque se enfrenta con su propia sombra, el niño que fue, todas las heridas no sanadas. Algunas mamás pueden creer volverse locas, por este estado tan magnifico que ideó la naturaleza para que sobrevivan los bebés. La madre deja de tener tiempos, horarios, y se entrega a maternar a su hijo conectándose con el interior y desconectándose con el exterior, con lo racional, con la vida anterior. La mamá también es una niña que necesita ser maternada por otro adulto que la proteja, no que le cuide al bebé, sino que la cuide a ella. No es posible estar en apego emocional con un niño si la madre se encuentra sola, atemorizada, descuidada o poco sostenida.

Crianza
Los bebés no se malcrían, necesitan recrear el ambiente intrauterino, estando cerca de sus padres siendo acunado y tenido a upa la mayor parte del tiempo.
Con respecto a su desarrollo motriz es bueno destacar que loe bebés no necesitan ayuda para aprender a moverse, sentarse, caminar…si logran esto por ellos solos, sin ayuda extra, sin ponerlos en posiciones que aún no adoptan por sí mismos, luego tendrán un manejo mucho mejor de su corporalidad durante todo su vida. Respetemos sus tiempos.

Parir y nacer son cosas que no se enseñan y no se aprender. Son experiencias intransferibles. A dormir no se enseña, tampoco a caminar, dejar los pañales, destetarse o a comer. La evolución misma es la que se encarga de eso. Permitámonos dejarnos llevar por la fisiología de nuestros bebés, por lo que ellos realmente necesitan. Confiemos en ellos. Y hagámosle así, el mejor regalo para su vida.

Un niño que en los primeros años o meses es amamantado, sostenido en brazos (incluso en la noche), satisfecho en sus necesidades, sin que se le hayan inculcado reglas para dormir, para comer, para expresarse (como dejarlo llorar o considerar que si no tiene hambre hay que sacarlo de la teta, la que sirve de consuelo amor y placer además de alimento), será después un niño seguro, independiente que sabe que sus padres están ante cualquier necesidad, y crecerá con mayor libertad y autosuficiencia

Violeta Vazquez