Parir sin desgarrarse y conservar el periné integro es una meta para todas las parturientas. Nos encanta conservar nuestros genitales completos e intactos. Mucha gente cree que la integridad de la vagina y del periné en el parto son una cuestión de suerte, fortuna o un regalo que depende de las fuerzas que concurren en el momento del parto.
Hay bastante folklore en torno a preparar o masajear el periné en el embarazo. Ninguna otra especie de mamíferos hace algo así. Decirle a una mujer que se de masajes en el periné durante el embarazo supone una falta de confianza en sus tejidos, que están perfectamente diseñados para parir al bebé.
El trabajo para conseguir un periné intacto hay que iniciarlo mucho antes del parto. Se trata de explicar la sensaciones que se notan conforme la cabeza del bebé estira los tejidos, y alertar a la madre de los riesgos que tiene empujar, con el fin de ayudar a la mujer a tener un expulsivo suave para el bebé y para ella.
Las mujeres tienen muchas ganas de escuchar durante las charlas prenatales la realidad del parto. En los siguientes puntos resumo la información que yo les doy sobre la segunda fase del parto, lo que se conoce como "expulsivo".
Empezarás a tener ganas de empujar cuando sientas una sensación como de tener que defecar, una presión en el culo. En esta parte no tendremos ninguna prisa. Te conectarás con tu cuerpo y procurarás no impacientarte. Esto permitirá que tu cuerpo libere hormonas para tu periné que lo reblandecerán al máximo para el momento en que la cabeza del bebé lo estire.
La presión en tu culo se hará más fuerte, hasta que tengas la sensación de que te estás partiendo en dos y de que no lo puedes soportar. Esto es normal y ninguna mujer se ha roto en dos, así que tú no vas a ser la primera que lo haga. Como ya habrás aprendido que esto es lo normal te relajarás y verás que ésta es una sensación interesante y extraña. Tal vez incluso pienses "Vaya, Gloria me dijo que sentiría esto y tenía razón. Supongo que esto ocurre desde los principios de la humanidad..." .
Lo siguiente que sentirás será como una quemazón intensa y pinchazos justo alrededor de la entrada a la vagina. Esto es lo que muchas mujeres describen como el "círculo de fuego" porque rodea toda la abertura de la vagina. En este momento te saldrá de manera instintiva el llevarte la mano a la vulva que está prominente e intentar sujetar por donde sale la cabeza del bebé. Este instinto lo debes seguir. Parece ser que realmente es útil poner ahí tus propias manos. A veces a las mujeres les gusta tener paños calientes en el periné en este momento, así que si los quieres hazmelo saber. Si te gusta el calor lo dices, y si no te gusta pues dilo también. Haremos lo que a ti te apetezca.
La mayoría de las mujeres prefieren el expulsivo a la dilatación. Cuando estás empujando sientes que por fin avanzas y que realmente hay una meta al final de todo tu esfuerzo.
Es un momento en el que tienes concentrarte al máximo y centrarte en ti misma. No permiteremos que nadie hable en la habitación. Todos permaneceremos en silencio entre las contracciones y respetándote mientras tu aprovechas para volver a concentrarte en ti misma. Cuando empiezas a sentir el círculo de fuego, no hay ninguna prisa. Te animaré a que empujes como te apetezca hasta que la cabeza esté coronando (cuando la mayor parte de la cabeza ya es visible) . Lo único que tocará tus partes será el paño caliente y tus manos. Es muy importante que la matrona mantenga las manos alejadas porque en ese momento tus tejidos están hinchados y llenos de sangre, y sólo con apretarte con los dedos te puede hacer un moratón o raspazo. Esto puede producirte un desgarro. Utilizaremos un espejo de plástico y una linterna para ver como vas y así poder orientarte. No os tocaremos ni a ti ni al bebé.
El momento de la coronación (cuando sale la cabeza) es muy intenso y requiere que te concentres exclusivamente en notar la sensación de quemazón como una sensación segura y sana que no se parece a nada que hayas sentido antes. Tal vez oigas una voz malvada dentro de ti que te dice: "venga, empuja fuerte de una vez y así acabarás ya, que más da si te desgarras, lo que quieres es acabar de una vez por todas y que esa cabeza salga ya de tu culo!". Esta voz malvada no te va a ayudar, así que le das gracias y luego te dices a ti misma: "venga, aguanta así. Vas muy bien. Si paso el tirón jadeando y me aguanto las ganas de empujar seguiré fiel a mis propósitos, no me desgarraré y a la larga estaré mucho mejor". Tu matrona sólo te dará consejos positivos de la forma más sencilla posible para que no te desconcentres. Típicamente te dirá cosas como: " Muy bien, Linda, suave....suave...suave....aguanta aguanta conmigo....has....hah....ha.......Muy bien, ya hemos acabado con esta. Te estás abriendo divinamente, hay muchísimo sitio para tu bebé, tu hija tiene el tamaño ideal para pasar..."
Te ofreceremos agua y una pajita porque la hidratación es importante en el expulsivo. Puedes beber o dejarlo, lo que te apetezca
Cuando la cabeza haya terminado de salir notarás un inmenso alivio. Entonces tienes que seguir centrándote en la siguiente contracción, que hará que salgan los hombros del bebe. Luego todo el cuerpo del bebé saldrá rápidamente con muy poco esfuerzo por tu parte. Te subiremos al bebé sobre tu piel desnuda en ese momento y verás como es lo más alucinante del mundo tener a ese pegajoso, resbaladizo, y maravilloso bebé contigo fuera de tu cuerpo.
Tal vez notes tu periné muy reblandecido, y aunque te extrañe lo que mejor va en ese momento es ponerte unos paños o compresas húmedos con agua muy caliente. Esto coincide con una teoría de la medicina china de que nunca hay que poner nada frío sobre la madre o el bebé. Las mujeres dicen que se sienten mucho mejor en cuando se les aplica el calor y la hinchazon disminuye en seguida.
Cuando salga la placenta notaras como si un tampón muy grande y suave se escurriera. Es un sentimiento hermoso completar todo el proceso del parto con la salida de la placenta.
Cuando una madre recién parida conserva el periné intacto se recupera antes y mejor del parto. A mi me gusta enrollar una toalla y hacer con ella un círculo sobre el cual la madre se siente mientras da de mamar.
Las relaciones sexuales se pueden reanudar cuando la pareja se siente preparada, y a veces un poquito de aceite de oliva o de almendras viene bien como lubricante al principio.
Gloria Lemay
www.birthlove.com
Traducido por Ibone Olza