¿Cuántas proteínas debe tomar un bebé?
Mi hijo de 8 meses se alimenta casi exclusivamente con leche materna. Rechaza las papillas pero picotea pequeñas cantidades de los alimentos que nosotros comemos: pan, fruta, arroz… El pediatra está preocupado porque dice que ha bajado de talla hasta el percentil 25 y que debe tomar 40 g de proteínas animales diarias. ¿Qué debo hacer?
Respuesta:
Si tu hijo tiene un percentil 25 tiene una talla completamente normal, así que no hay que angustiarse por eso. Se alimenta de forma perfecta: con leche materna, que es lo que más alimenta. Además, está bien que coma pequeñas cantidades de diferentes alimentos en vez de papillas y purés, pues precisamente el propósito de la alimentación complementaria es que el niño se acostumbre a comer poco a poco lo mismo que sus padres.
En cuanto a la necesidad de tomar 40 g de proteínas al día, te comento que los bebés de esta edad no necesitan más de 1,2 g por kilo, así que calcula y verás que si tu hijo pesa algo menos de 7 kilos (por el percentil que comentas), no salen las cuentas.
Por otro lado, si se está alimentando prácticamente con leche materna, tomará al menos 800 ml al día, más de 9,6 g de proteínas, es decir, que cubre de sobra las necesidades de cualquier niño.
¿Cómo compaginar lactancia y trabajo?
Mi hija va a ir a la guardería con 20 semanas. Me cuesta mucho sacarme la leche. ¿Cómo puedo prolongar la lactancia?
Respuesta:
Lo ideal sería quedarse más tiempo en casa, pero si no queda más remedio que volver a trabajar, se pueden adelantar las papillas. Ahora no se recomienda empezar hasta los seis meses, pero se pueden dar a los cuatro y medio para no tener que destetar al bebé. El arroz, el plátano y las patatas producen menos alergias que la leche artificial.
Normalmente la leche se saca de un día para otro. Cada día se saca la que el bebé va a tomar al siguiente. Como no es fácil, conviene empezar a practicar antes de que la madre se reincorpore al trabajo y guardar la leche que se obtiene en el congelador para una emergencia. Muchos niños de pecho no quieren biberón. Prueba a darle tu leche en un vasito. También es posible que tu hija no quiera comer mientras tú no estés y se pase la mañana durmiendo, y luego la tarde mamando. No pasa nada; es normal.
¿Cómo sé que no pasa hambre?
Tengo un bebé de dos meses y le doy el pecho cada tres horas. Por la noche le dejo dormir, pero de día le despierto para cumplir el horario. El problema es que a veces no quiere comer. ¿Cómo sé si tiene hambre? ¿Debe establecer él los ritmos?
Respuesta:
Claro que es normal que sea tu hijo quien marque el ritmo de la lactancia. Lo que no es normal es que lo establezca como si fuera un reloj. Seguro que tus propias antepasadas no tenían reloj o, como mucho, poseían uno de arena, y fueron capaces de criar a sus hijos sin problema.
¿Cómo saber si hay que dar el pecho sin mirar un reloj? Observando al niño: si está tranquilo y feliz, será que no tiene hambre. Si el bebé abre la boca, se chupa los puños, protesta o busca el pecho (no es necesario que llore), probablemente quiere una toma. En caso de duda, dale el pecho; si no es el hambre lo que le inquieta, no mamará.
Los niños suelen tomar el pecho unas diez veces al día (de media, cada niño es un mundo y el número de tomas diarias es muy variable) y muy raramente lo hacen a intervalos regulares. Es decir, aunque algunos niños sí piden el pecho cada cuatro, cada tres o cada dos horas, es mucho más frecuente que mamen tres veces muy seguidas y después se echen un sueñecito más largo.
A veces sólo toman de un pecho y otras veces, de los dos. La composición de la leche varía a lo largo de la toma, de forma que 100 ml de un solo pecho no tienen la misma composición que 70 ml de uno y 30 ml de otro. Por eso, sólo ellos saben cuánto han de tomar de cada uno, y cualquier intento de control acabará en fracaso.
Olvídate de mirar el reloj y haz caso de tu hijo. Mientras le des de mamar cada vez que te lo pida, tendrás siempre la cantidad de leche que él necesita. ¿Cómo podrás saber si tu hijo tiene hambre? Él te lo dirá.
¿Por qué no acepta las papillas?
Mi hija de siete meses rechaza las papillas. Llevo dos meses intentando dárselas, pero ella solo quiere el pecho. L agente me dice que va a tener carencias de vitaminas y que debo destetarla completamente, pero lo probé un día y fue terrible. Lloraba de hambre y seguía sin querer comer, así que he vuelto a darle el pecho.
Respuesta:
Hacia los seis meses hay que ofrecer a los bebés otros alimentos (como cereales y frutas) además del pecho; pero no debemos obligarles a tomarlos. Si no los quieren, será que todavía no los necesitan. Algunos bebés de pecho no aceptan la papilla hasta los siete o nueve meses, mientras que, por lo general, los alimentados con biberón suelen tragársela enseguida como si la necesitaran. Con el pecho, el niño no solo recibe el mejor alimento, sino también contacto, cariño y calor. Por eso, nunca se ha de destetar bruscamente; cuando se hace así, siente que su madre le ha dejado de querer y lo pasa fatal. Muchos niños reaccionan, como tu hija, llorando y negándose a comer. Por suerte, tu instinto maternal te ayudó y volviste a darle el pecho enseguida. He visto algunos bebés que han llegado a perder más de medio kilo en una semana y no lo recuperaron hasta que volvieron a tomar el pecho.
Con 11 meses solo toma pecho
Mi hija de 11 meses toma leche materna a demanda y no admite más de dos cucharadas de cualquier alimento sólido. Además, desde hace dos meses no quiere papillas ni triturados. ¿Es normal? ¿Cómo puedo conseguir que vaya tolerando mejor los sólidos antes de reincorporarme al trabajo dentro de un mes?
Respuesta:
La forma de lograr que tu hija vaya tolerando los sólidos es sencilla: esperar. Con 11 meses sigue una dieta normal: pecho y poco más. De momento, es buena señal que rechace los triturados ya que lo que pretendes es que coma lo mismo que vosotros. Si la niña come un fideo o mordisquea un plátano, y lo hace contenta y voluntariamente, va por buen camino. Comerá más a medida que vaya creciendo. En cambio, el niño que zampa un plato entero de papilla va en la dirección equivocada, ya que dentro de unos meses sus padres querrán quitarle las papillas y les será muy complicado.