Proponemos acompañar a la pareja embarazada desde la concepción hasta, por lo menos, el primer año del bebé nacido. Sentimos que es una etapa de extrema vulnerabilidad y profundidad que nos puede dar muchas respuestas sobre nosotros mismos. Por eso, pretendemos acercar información, amor, desprejuicio, y sostén a quien pase por esta mística experiencia. Creemos en el nacimiento fisiológico, respetado, amoroso y carente de intervenciones innecesarias y peligrosas. Pero por sobre todo creemos que el deseo de la mujer que va a parir debe ser respetado. Apoyamos la crianza basada en el contacto y el apego. Existe mucha desinformación en estás temáticas, donde se activan creencias heredadas y mitos que no tienen verdadero resguardo científico. Proponemos encuentros con cada madre o pareja para abordar los cambios físicos y emocionales que produce el embarazo, y poder verbalizar los miedos. Hablar del parto, del deseo y la necesidad real de cada pareja, y de las diferentes opciones para parir, nacer, y criar. También compartir la información sobre la fisiología del parto, qué es lo que sucede con la mamá y con el bebé, y por qué es tan importante que en ese momento la mujer suelte el control, y viaje hacia adentro.
Proponemos, además, el acompañamiento durante el parto, sea en la institución o en casa, siempre evaluando la viabilidad en relación con el equipo médico elegido. Esa ola, que es el parto, hay que atravesarla con el cuerpo. La mujer es quien pone su cuerpo, su poder, su historia para parir. Allí no ofrecemos nada en especial, mas bien lo que la mujer necesite en ese momento.
El postparto es un período de caos y desorden (desorden saludable) al que hay que entregarse. Cuesta imaginarlo en el embrazo, porque el parto es el horizonte que ocupa la cabeza y las sensaciones. Pero realmente es importante tener a quién acudir cuando una está puérpera, con un niño en brazos que reclama madre y leche, y con un sinfín de consejos contrapuestos. Al menos en nuestra experiencia, en esta etapa crítica necesitamos guías afectivas, información tranquilizante y confianza por parte de otras mujeres-madres.
Durante el puerperio (que dura mucho más de cuarenta y cinco días) podemos armar redes de mujeres, hablar de la crianza, de la lactancia, de lo que necesita el bebé, y sobretodo de lo que necesita esa mujer que está maternando.
Sentimos que hay demasiadas madres y bebés solos, no tenemos todas las respuestas, pero queremos estar ahí para compartir un viaje hacia las convicciones internas.
Intentamos involucrarnos de cuerpo y alma con las familias que encaran la maternidad y la paternidad. Estamos a tu disposición.