Llegué a Capital Federal, desde mi Rosario natal al terminar la escuela secundaria, en el 2003. Tengo formación en comunicación, trabajé como productora de televisión y crítica de espectáculos. Antes de quedar embarazada de Catalina, comencé un trabajo de investigación, autodidacta, sobre la maternidad, el parto y el puerperio. Después de conocer líneas ideológicas, practicas médicas, bibliografía, diferentes profesionales, y sobre todo luego de parir a mi hija en un ámbito de respeto, poca intervención, y amor, decidí ponerme al servicio de otras mujeres y familias en esta etapa tan crítica y maravillosa como lo es el período primal (de la gestación al primer año de vida).
Hoy soy estudiante de puericultura y lactancia, y estoy comenzando a desarrollarme como doula. Me siento honrada al participar del rito del nacimiento y la crianza, y así como recibo tanto de las madres, los padres y los bebés, trataré de volcar lo que voy aprendiendo, lo que intuyo y lo que siento a las familias que me elijan para acompañarlas.
Aún tengo una bebé chiquita, me considero en etapa de puerperio, con la sensibilidad, la apertura, la fragilidad y el caos que eso significa. Estoy aprendiendo a entregarme a este mundo magnífico lleno de mística, sol, miedo y locura. Estar puérpera y atravesar un camino (eterno) hacia mi interior, no me representa un obstáculo para brindar acompañamiento a otras mujeres con energía similar. Muy por el contrario, dado que no ofrezco una clase académica, sino un intercambio, siento que esta ventana que tengo abierta (que a veces se parece a una herida) me brinda la fuerza para emprender proyectos como este. Desde el corazón.